9 Puntos Claves sobre el futuro de la agricultura

Por Mauricio Britez, representante de Paraguay en el 3º Youth Agriculture Summit

El Youth Ag Summit (Encuentro de Agricultura Joven) es un encuentro que actúa como foro para que jóvenes líderes discutan oportunidades, colaboren y encuentren soluciones y respuestas a la gran pregunta: Cómo alimentaremos a un mundo hambriento?
Tuve el honor de poder participar como delegado de Paraguay de este evento en su tercera edición realizada en Bruselas, Bélgica durante los días 9–12 de octubre.

Tuve el honor de poder participar como delegado de Paraguay de este evento en su tercera edición realizada en Bruselas, Bélgica durante los días 9–12 de octubre.

Todos los días, la población mundial aumenta en 233.000 personas, se prevé que en 2050 seremos aproximadamente 9,6 billones, esto sumado a las 1 billón de personas que pasan hambre hoy en día. 

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Goal) №2 es llamado Zero Hunger, y pretender instalar como objetivo lograr que nadie más se vaya a dormir con hambre en el mundo. Los recursos disminuyen y la demanda aumenta, como solucionamos este problema? Que rol juega el Paraguay dentro de todo esto? Y los jóvenes?

A continuación, 9 reflexiones sobre puntos claves para el futuro de la agricultura sobre los que tendremos que trabajar para poder cumplir el objetivo.

1. Incentivar a los jóvenes a involucrarse en agricultura
Este es un problema con el cual probablemente en Paraguay y otros países de latinoamérica no estamos muy familiarizados. Sin embargo, esto fue presentado en el YAS 2017 como como un verdadero problema por delegados de algunas países, principalmente de países europeos, además de Estados unidos y Australia. 

El problema es que los jóvenes no se interesan por la agricultura, no es una carrera atractiva. Esto debido a que hay muchos prejuicios, principalmente con la palabra “farmer” en inglés, se piensa que la agricultura es algo fácil y que no es una carrera de verdad. Sin embargo, hoy sabemos que la agricultura y la ganadería son actividades altamente técnicas y que se requiere de formación y conocimientos para poder ejecutarla como es debido. 

Esto acarrea que los agricultores se vuelvan cada vez mayores (hoy en día el promedio de edad de los agricultores a nivel global es de 57 años!), lo que conlleva a que se vuelva cada vez más difícil adaptar tecnologías de punta en la agricultura para lograr mayor eficiencia en la producción y mayor sustentabilidad.


2. Adopción de nuevas Tecnologías (y biotecnologías)
Tanto universidades como compañías del sector privado están desarrollando cada día nuevas tecnologías, principalmente en el área de la biotecnología. Estas tecnologías tienen la capacidad de aumentar la eficiencia de producción para poder producir más, mejorar la calidad de los alimentos que consumimos, aumentar la durabilidad de los alimentos para disminuir el desperdicio, entre otros. 

Sin embargo, muchas de estas tecnologías vienen siendo rechazadas por algunos sectores de la sociedad y organizaciones. La adopción de todas las tecnologías posibles, tanto digitales como biotecnologías es un punto de suma importancia para el futuro de la agricultura. 

Sabemos que hoy se tiene resultados muy positivos en lo que respecta a Biofortificación (hacer que los alimentos sean más nutritivos) y técnicas de mejoramiento genético específicas como CRISPR/CAS9 que podría ser utilizado para prácticamente duplicar la vida útil de los tomates en el mercado, disminuyendo las pérdidas.


3. Sustentabilidad
Este es un punto sobre el cual realmente no hay mucho que explicar, es casi obvio. Sabemos que la agricultura es la actividad humana que más modifica el ambiente. Como productores no podemos permanecer ajenos a esto. Ni la agricultura, ni la ganadería son malas en esencia, no pretenden ni buscan destruir deliberadamente el ambiente. 

Por el contrario, buscan producir alimento para la subsistencia de la humanidad. No obstante, ambas actividades tienen efectos colaterales en el ambiente. Es nuestro deber, como productores, hacer el máximo de los esfuerzos para disminuir los efectos en el ambiente y mejorar las técnicas de producción para que dañen menos en el ambiente. 

Así también es deber de la sociedad, como consumidores, exigir la puesta en práctica de técnicas sustentables, y exigir que los gobiernos hagan cumplir las medidas regulativas en la agricultura.

4. Tecnologías y nuevas técnicas tienen que llegar a todos los productores
La tecnología avanza hoy en día a una velocidad a la que nunca antes había llegado. La agricultura no queda fuera de esto y cada vez son desenvueltas más tecnologías, como las mencionadas en otros puntos. Sin embargo, en muchos países existe una dificultad para que la totalidad de los productores agropecuarios pueda acceder a estas nuevas tecnologías. 

Paraguay, se encuentra entre estos países, donde apenas el 14 % de los pequeños productores accede a asistencia técnica (CAN). Esta situación es común en muchos otros países en desarrollo. Las barreras muchas veces se originan por motivos financieros, otras veces por ignorancia y muchas veces por falta de incentivos o apoyo.

5. Compartir Conocimiento y Ambientes cerrados
Sobre este punto, disertó durante el YAS Caleb Harper, Investigador Principal y Director de “Open Agriculture Initiative” (Open Ag) en el MIT Media Lab. Harper disertó sobre sistemas cerrados, sensores, automatización, diseño de ecosistemas y optimización energética y biológica. Creando ecosistemas cerrados para que se puedan realizar experimentos se podrá determinar bajo que condiciones se desarrollan mejor los diferentes cultivos. 

Además, el proyecto de Harper, prevé la generación masiva de datos que se encontrarán disponibles para todos en todas partes del mundo. Así experimentos hechos en ambientes cerrados de todo el mundo pueden ser accesos desde cualquier lugar.


6. Agricultura tiene que ser rentable para los productores
Este es un punto clave, vital, importantísimo para conseguir el objetivo de acabar con el hambre en el mundo. La agricultura no puede ser una actividad que no sea rentable para el productor, se trata de la producción más básica de todas: la producción de alimentos. 

Si su rentabilidad financiera disminuye, el productor perderá el interés en producir, si el productor deja de producir, nos quedamos sin alimento. Ademas, las inversiones de grandes inversores de capital en el área de agricultura y producción de alimentos son bajísimas en relación a otros sectores. El sector no es atractivo para grandes inversores, esto dificulta el desarrollo de emprendimientos e investigaciones.

7. Disminuir el desperdicio
Estudios señalan que estamos produciendo más alimento de lo que necesitamos, pero que sin embargo grande parte de estos alimentos son perdidos. Según la FAO, 1/3 de los alimentos producidos son perdidos cada año. Sobre el desperdicio o pérdida de alimentos tenemos que entender a qué escala se dan estos desperdicios. Creo que es importante distinguir entre tres tipos de pérdidas.

1. Pérdidas de logística pós cosecha
Sobre las pérdidas pos cosecha, tenemos que entender que es lógico y razonable que el productor quiera optimizar y diminuir al máximo este tipo de pérdidas. A nadie le conviene o le sirve que parte de la producción sea perdida, y mucho menos al productor. Muchas de estás perdidas se dan por problemas en infraestructura (rutas en mal estado), sistemas pobres de transporte y embalaje, entre otros. En este aspecto creo que el sector productivo viene realizando el máximo de los esfuerzos posibles para disminuir estas pérdidas.

2. Pérdidas a nivel de venta y consumidor
Dentro de lo que respecta a las pérdidas de alimentos, creo que el punto en el cuál más podemos trabajar como sociedad es en la concientización del consumidor de las pérdidas. La FAO señala que en países desarrollados el 40 % de la pérdida de alimentos se dan a nivel del consumidor y venta de alimentos. Una gran cantidad de alimentos es rechazado por simplemente no cumplir con “estándares de calidad”. Quién marca estos estándares? Quien dice que una manzana o una pera por no tener la forma perfecta como nos la muestran en las películas no puede ser igual de sabrosa?

8. Agricultura urbana
El acercar la producción a los consumidores tiene muchos beneficios. Si bien, creo que la agricultura urbana no tiene potenciales de producción muy grandes, esta corriente tiene efectos muy positivos en lo que respecta a concienciar al consumidor sobre la agricultura. 

En mi opinión, es inviable pensar que cada persona cultive su propio alimento, no se adecua al estilo de vida de la mayoría de las personas. Por otro lado, técnicas como la hidroponía y huertas verticales pueden aprovechar espacios en centros urbanos, con potenciales de producción altísimos para acortar la distancia entre productor y consumidor.

Sin embargo, como ya mencione, creo que el punto más positivo de la agricultura urbana está en lo cultural. Hace poco salió una noticia que 7 % de los adultos estadounidenses piensan que la leche achocolatada viene de de vacas marrones. 

Este, es apenas un ejemplo hasta casi jocoso si se quiere de una triste realidad: la población urbana, los consumidores no saben de dónde viene o como se produce lo que comen todos los días. Así, como consumidores, exigimos muchas veces alimentos que tienen que tener estándares que para ser cumplidos implican costos de producción mucho más altos y que todos los alimentos que no cumplan con estos estándares tengan que ser tirados al tacho.



9. #Agvocate
Agvocate, del inglés “advocate for agriculture”, es decir promover la agricultura. Defender y difundir esta tan noble tarea que tenemos, producir alimento para el mundo. La agricultura y la ganadería son la base de toda nuestra sociedad, si no tenemos qué comer no podemos construir casas, ni pintar cuadros, ni siquiera sanar enfermadades.

Países como Paraguay, con una gran cantidad de tierras agrícolas fértiles, clima tropical ameno para la agricultura durante todo el año y potenciales de producción gigantes tienen un gran rol que cumplir. Paraguay será, cada vez más, un jugador clave para poder alimentar al mundo. 

Pero con los honores y cargos vienen las responsabilidades, no podemos permanecer ajenos al impacto que la agricultura tiene en el ambiente. Tenemos que trabajar día a día con todos nuestros esfuerzos para minimizar y paliar el impacto de esta actividad en el ambiente, y así, asegurar la perpetuidad de nuestros suelos y medio ambiente.

Soy una persona optimista, creo que podemos lograr el objetivo de un mundo sin hambre y sin pobreza. Basta trabajar juntos: sociedad civil, sector privado productivo y gobiernos para unir fuerzas, cambiar lo que tenga que ser cambiado, ajustar lo que tenga que ser ajustado. No tenemos que parar de advocar por la agricultura, desmitificar muchas cosas, concienciar a los consumidores sobre la complejidad de los procesos de producción de alimentos y continuar produciendo al máximo con la sustentabilidad que se debe.